Mira a tu alrededor… ¿Ves un árbol, un armario, una puerta, una escultura, una pared? Cualquier cosa que tengas ahora mismo delante está emanando un tipo de Qi que se relaciona con tu Qi o interno.

¿Qué te viene a la mente cuando miras ese árbol, ese armario, esa puerta, pared o escultura? Ese es el resultado más material de la relación entre tu entorno y tú, el pensamiento mental.

Pero hay algo más, ¿qué sensación te produce ese árbol, armario, puerta, escultura o pared? Respira profundamente tres veces y siente. Ese es el aspecto más sutil que, por el momento, podemos captar.

El ser humano puede pasar unos minutos sin respirar, unos días sin beber agua, unas semanas sin comer, pero si no hubiera luz, ningún tipo de luz ni natural ni artificial, no duraríamos ni un microsegundo.

Las impresiones que se forman en nosotros a través del intercambio continuo que realizamos con nuestro entorno resultan ser un alimento imprescindible para nuestra vida sin el cual no sobreviviríamos.

Sirva este breve ejercicio para hacernos una idea de lo que es el Qi, un concepto relativamente difícil de entender para las estructuradas mentes occidentales. Ya sé, quieres que te dé una definición concreta, con palabras que clasifiquen el concepto, y sí voy a hacerlo, pero antes te advierto que la definición léxica siempre será menos precisa que la experiencia sensorial por que estamos hablando de un concepto invisible, sin forma, sin sonido, sin olor ni textura, y, probablemente, la definición será menos concreta de lo que te gustaría.

En muchos textos se define el Qi como energía vital, mas las cosas inertes también tienen un Qi, y los lugares, los pensamientos y las emociones, por lo que personalmente prefiero definirlo como la esencia de existencia o impulso vital que acompaña a todo lo que existe.

Un ejemplo: dos personas que viven en dos casas unifamiliares iguales. Ambas tienen el mismo cuadro colgado en la pared del recibidor.

La diferencia es que la persona A compró el cuadro durante un maravilloso viaje a Italia, uno de esos viajes que recuerdas durante el resto de tu vida por que te sentiste libre, joven y feliz, en cambio, la persona B recibió ese cuadro como regalo de boda de parte de sus suegra, con la que no mantiene muy buena relación y, a la persona B, el cuadro no le gustó desde el primer momento en que lo vio.

El cuadro es el mismo, la imagen que muestra es la misma, su tamaño, formas y colores son idénticos pero su Qi es completamente diferente. El Qi del cuadro de la persona A le está alimentando y el Qi del cuadro de la persona B le está debilitando. Imagina la cara que pone la persona A cuando contempla su cuadro, se le ilumina la mirada, y luego imagina el rostro de pesadumbre que mostraría la persona B.

Este es un ejemplo sencillo pero muy gráfico, aunque no debe ser tomado como regla general, el Qi no sólo depende de la procedencia del objeto sino también de otros aspectos como lo que simboliza, sus formas y colores, su situación en el plano, su orientación magnética, etc.

El Feng Shui es el milenario arte ambiental de origen oriental que analiza las influencias del entorno en la vida de los seres humanos sobre el planeta Tierra. Se observan meticulosamente los elementos que rodean viviendas y negocios, así como su estructura arquitectónica e interiorismo con el fin de averiguar las influencias del Qi en cada espacio.