¿Cómo te iniciaste en el aprendizaje y práctica del Feng Shui?

Como suceden las cosas importantes en la vida, fue por casualidad.
Iba de vacaciones a un lugar de playa en verano y cuando llegué al aeropuerto me di cuenta que no llevaba libros. Yo siempre viajo con al menos 2 libros, una novela y un libro sobre alguna temática que me interese.
No teníamos mucho tiempo antes de embarcar en el avión así que me dirigí de prisa a la tienda del aeropuerto a comprar un par de libros. Pagué, los metí en mi bolso y subí al avión. Allí sentada después del despegue saqué los libros del bolso y me quedé perpleja… un libro de Feng Shui? Y eso qué es? Algo de decoración? A mi no me interesa la decoración! Pensé echarle un vistazo y comprar otro en el lugar de destino.

Leí el libro al completo y me encantó. De regreso en Barcelona, en el centro de yoga en el que tomaba clases había unos folletos informando que venía un maestro de EEUU a impartir seminarios de Feng Shui. Claro está, me apunté.
Fueron 5 días intensivos de 0 a nivel avanzado, para los que conozcan un poco el tema, en 5 días dimos desde Formas básicas hasta Estrellas Voladoras y Dragón de Agua. Muy intenso, muchísima información. Al segundo día la mayoría de la gente estaba medio mareada con la cantidad de conocimiento que nos estaban transmitiendo.

A pesar de la cantidad de horas e intensidad de contenido, yo no estaba cansada al contrario, quería más! Lo entendía todo a la primera, como si estuviera recordando algo muy familiar para mi, era todo tan claro y tan obvio.
Esa experiencia me transformó para siempre.

En aquel entonces, era el año 2001, yo trabajaba en publicidad en la revista femenina mensual líder en el mercado nacional. Nunca pensé dejar mi trabajo en publicidad para dedicarme profesionalmente al Feng Shui, simplemente sucedió.

¿Cómo decidiste que formar a otras personas en esta disciplina iba a ser tu camino profesional?

No lo decidí, aconteció en mi vida como naturalmente sucede que al nacer una nueva rama brotan en ella nuevas hojas, frutos y flores.

Yo tenía un muy buen sueldo como jefa de publicidad, muchas posibilidades de ascenso, un entorno laboral excelente con muy buena relación con todos los compañeros. Un día una familiar mía me preguntó cómo mejorar la armonía en su casa y le di algunos consejos. Cuando vio los resultados empezó a hablar de mi a sus amigas. Asesoré a algunas en sus casas a otras en tiendas o centros de meditación y sin darme cuenta me estaban proponiendo dar una conferencia de Feng Shui. Dar una conferencia de… Feng Shui?! Yo?! Ni me lo había planteado. Y acto seguido me propusieron un curso. Escribí a mi maestro para solicitar su autorización, sinceramente no me creía capacitada para enseñar Feng Shui, yo sólo lo había tomado como un hobby!

Empecé a dar conferencias y cursos básicos de Feng Shui en 2003. Todo fue muy rápido. Me llamaban personas que querían que les asesorara en sus viviendas y negocios y me proponían conferencias y cursos por todo el territorio nacional.
No podía negar mi colaboración a esas personas. Así que durante 2 años estuve dedicando fines de semana y días de vacaciones a hacer asesorías y preparar cursos de Feng Shui.

En 2005 dejé mi puesto en el mercado de la publicidad para dedicarme enteramente al Feng Shui. Ese mismo año abrimos la sede del Feng Shui Cultural Center International, la institución internacional creada por el Maestro Juan M. Alvarez, en España, la cual dirijo desde entonces.

¿Cuáles serían los principales beneficios de esta práctica milenaria? Por ejemplo, en nuestros hogares y en nuestros negocios.

Armonía es el único beneficio que aporta el Feng Shui. Ahí es nada.
Todo problema en esta vida es un conflicto entre energías discordantes que producen un desequilibrio bien por exceso bien por defecto, por ejemplo tengo ansiedad o me falta dinero, respectivamente.

Al equilibrar las energías en conflicto la persona recupera su equilibrio natural que se traduce en lucidez para tomar decisiones acertadas, inspiración para diseñar nuevos planes, intuición para moverse con seguridad y por tanto mayor capacidad de realización de los propios anhelos sean éstos del tipo que sean –personales, profesionales, de salud, de amor, etc.-.

Se trata de configurar un espacio de armonía en el que las personas puedan dar lo mejor de sí mismas para sus propias vidas.

En Feng Shui entendemos la vida del ser humano como el resultado de la combinación de 3 aspectos: Cielo, Hombre y Tierra. Y esta fórmula tiene infinitas representaciones en el mundo, por ejemplo nuestras vidas dependen del tiempo (Cielo), nuestras decisiones (Hombre) y el espacio (Tierra). Tenemos técnicas que trabajan específicamente en el parámetro espacio, como las Formas clásicas y las Venas de Dragón, otras en el aspecto Hombre, como el Ba Zi o Cuatro Pilares del Destino, y otras en la dimensión Cielo, como San Yuan o Estrellas Voladoras.

La vida es un tejido formado por diferentes hilos, cuando tensas uno se transforman todos los demás y el tejido en general. Las técnicas del Feng Shui son las herramientas con las que podemos incidir en los hilos, sus formas, sus colores, su brillo, su tensión… para conseguir un tejido vivo, flexible, suave, resistente y hermoso en el que tejer la mejor experiencia vital que es nuestra vida.

¿Cómo elegir un local para un negocio teniendo en cuenta el Feng Shui desde el principio?

Algunas premisas básicas son:

– Que la forma del espacio sea cuadrada o rectangular. En el caso de que sea un rectángulo que no tenga mucha diferencia entre su largo y su ancho, como máximo la la diferencia entre ambas no debe ser de más de 1/3.

– Que el baño no esté en la esquina del fondo a la izquierda. A ser posible que no esté en el área del fondo sino en una de las zonas medias de las paredes laterales –siempre mirando desde la puerta hacia adentro-.

– Que tenga buen Qi de la Tierra: sin geopatías, sin columnas o esquinas salientes –en tal caso redondearlas-, que se vean algunos árboles o vegetación desde la puerta de entrada, que el suelo esté al mismo nivel o por encima del de la calle…

– Que tenga buen Qi del Cielo: que desde la puerta mirando hacia fuera se vea cielo sin tener que levantar la cabeza, que tenga buena orientación (hasta el año 2024 los locales ocn mejor orientación son NE1, SO1, NO2/3 y SE2/3*)…

– Que tenga buen Qi del hombre: que esté situado en una zona adecuada para el tipo de negocio, que tenga acera cómoda para la circulación de personas, que la calle esté en buenas condiciones para la circulación de vehículos, que no haya contenedores, un poste de electricidad o similar enfrentado a la puerta de entrada…

¿El feng shui en el hogar puede ayudar a fortalecer relaciones humanas como las familiares o de pareja?

Sí, tanto en el hogar como en los centros de trabajo, las relaciones humanas se ven muy mejoradas tras la aplicación del Feng Shui en los espacios.

La armonía creada en el ambiente, entendido éste como el tiempo-espacio particular de vida de las personas que lo habitan, produce una mejor fluidez en las vías de comunicación entre los miembros de una familia, pareja o proyecto. La comunicación entre las distintas partes que crean un grupo o pareja es la base desde la cual las relaciones se construyen de forma clara, estable, fluida y nutritiva.

Cuando la energía fluye suave y con fuerza, como los vientos, y encuentra lugares de recogimiento serenos y estables como las montañas, las personas se sienten seguras, comprendidas e inspiradas para disfrutar con la compañía de los seres queridos tanto en los soleados días de primavera como en las frías tormentas de otoño.

Desde que el Feng Shui se ha convertido en algo tan conocido y popular, ¿crees que quizá se frivoliza mucho con el Feng Shui, por ejemplo, llevado por ejemplo a temas como la decoración?

El Feng Shui no es una ciencia exacta, como toda disciplina de conocimiento oriental es más bien un arte. Por tanto nunca queda cerrado a nada, lo cual tampoco significa que se le pueda adjudicar cualquier cosa.

En la decoración podríamos decir que hay diseños que son “buen” Feng Shui y otros que no lo son, aunque siempre cabe la opción de errar en nuestro planteamiento, pues el Feng Shui no es un compendio de reglas estrictas según las cuáles podemos evaluar lo “bueno” o “malo” que es un ambiente. Es más bien el arte de reconocer la expresión armoniosa de la naturaleza de una persona, o un grupo de ellas, entre el Cielo y la Tierra.

Por tanto, una decoración puede ser “buen” Feng Shui para una persona o empresa y no serlo para otra. Depende de la naturaleza de la persona o la empresa que esa combinación Cielo-Tierra le confiera armonía o discordia.

He leído sobre algo sorprendente, pero que a priori tiene sentido: el Feng Shui digital. Ya que vivimos inmersos en entornos digitales, sería aplicar las bases de la disciplina a estos. ¿Qué puedes contarnos sobre ello? ¿Lo has aplicado?

El Feng Shui es el arte de armonizar la vida de las personas incidiendo en los ambientes que habitan. Podemos aplicarlo a personas físicas y a personas fiscales (empresas), podemos aplicarlo en viviendas, en negocios, en edificios corporativos, en parques y en ciudades enteras. Y por supuesto, también podemos aplicarlo en ambientes digitales como páginas web, proyectos de marketing digital, campañas de publicidad digital, etc.

Retornando a la concepción del Feng Shui como un arte -que por supuesto tiene sus leyes, premisas, desarrollos y conclusiones- y no como un mecanismo cerrado de reglas y efectos, podemos aplicarlo en cualquier entorno en el que las personas desarrollen sus vidas.

Dentro del marco de asesoría de Feng Shui de una empresa es muy importante tener en cuenta también este ámbito de expresión de la vida. Lo he aplicado en algunos casos siempre en combinación con la armonización de un espacio no digital.

Los ambientes en los que vivimos, sean o no digitales, son tejidos en los que hilvanamos nuestras vidas y por tanto en los que podemos leer los movimientos, fluidez y conflictos que se están experimentando.

Las bases y técnicas de aplicación del Feng Shui para entornos digitales son exactamente las mismas, sólo varia la forma de aplicación que dependerá de la pericia del asesor en habitar la sabiduría del Feng Shui y desde ahí descubrir qué hilos hay que reconfigurar para abrir la armonía del lienzo a la vida, sea éste físico o digital, sin importar en qué catalogación lo hemos enmarcado.